Créditos
Dirección y Coreografía: Gabriela Hernández Cárdenas
Elenco: Aileen Aguilera, Mar Castellanos, Karen Martínez, Aime Irasema Sánchez,
Michelle Temoltzin, Ana Paula Oropeza, Angélica Albarran
Música Original: Aristóteles Benítez
Vestuario e Iluminación: Lilla Méndez Pap
Diseño audiovisual: Isabel Campaña
Ensayista: William Monte de Oca
Segundo elenco: Citlali Roja, Paloma Gaspar
Duración: 20 minutos
Sinopsis
¿Que tal si el desapego no existe? ¿Que tal si lo que experimentamos realmente y
constantemente es “apego en acción”? ¿Que tal si este apego está en tránsito y
realmente solo cambia de receptor?
AIMANT es una obra que busca explorar y exponer el “apego” no como concepto sino
como substancia/materia. Es un estudio al comportamiento de esta materia hipotética:
imaginando cuál es su densidad, su complexión, cuáles son sus transformaciones, cuál
es su color, cuál es su manera de transitar y cuáles son sus necesidades naturales.
La obra explora a esta materia a través de los cuerpos de 7 intérpretes en escena, una
plataforma de relieve en escena, el diseño lumínico y la matemática de la música. Son
todos estos elementos los que narran el comportamiento de esta hipotética materia en
estudio a través de los trazos y las conexiones entre elementos.
Durante la investigación del material se propusieron dos experiencias para el cuerpo:
1. Observar el comportamiento del apego relacionado a cómo funcionan los
imanes. Encontrar la tensión, el rechazo (polos opuestos) y la facilidad de la
atracción entre cuerpos, partes del cuerpo y otros elementos escenográficos
como: la iluminación, la plataforma que estará en escena y la reacción hacia la
intensidad de la música. Se empezaron a estudiar principalmente 4 puntos en el
cuerpo que fungieran como guías magnéticas: ambas muñecas y ambos
omoplatos.
2. Como contraste a esta corporalidad se propone pensar en los cuerpos como la
misma masa densa, pegajosa, lo suficientemente líquida para integrarse como
una sola masa, lo suficientemente sólida para fragmentarse y adherirse
nuevamente.
Es a partir de estos conceptos que se deriva el nombre de AIMANT. “imán” es un
glacismo lexical que proviene del antiguo francés “aeimant” y actualmente “aimant”.
El significado en francés también se refiere a “cariñoso/amoroso”, lo cual es importante
mencionar ya que aunque la obra visualmente tenga una estructura conceptual,
es a través de la construcción y narrativa de ella que la audiencia podrá tener una
experiencia, identificándose a través de su propia historia y la manifestación de esta
materia, del “apego” en ellos.
Al proponer que el “apego” está continuamente en tránsito, colinda con el tema de
un recorrido “eterno” y el papel de la memoria, incluso ancestral, es por esto que en la
obra vemos como climax la saturación de posibles conexiones y a tempos musicales
cada vez más audaces simulando la saturación de información recolectada a través del
tiempo. La obra propone picos de tensión, sin embargo el final solo propone otra
continuidad.
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